En el descansito
de un andén cualquiera, un olor familiar despertó mi conciencia. Encaramado en
la esquina de un bar más grande de lo requerido, se encontraba un jazmín real
ricamente decorado por sus flores expeditas, que más que belleza despedían una
fragancia que me recordó a alguna noche de paseo en verano por mi ciudad natal.
Aquel perfume me acompañó en la soledad y en la compañía de queridas amistades
y amores mal recordados, me acompañó en caricias encontradas y en lágrimas mal buscadas.
Al final del
trayecto o a la mitad de un largo viaje en tren por la vida, los más
insignificantes recuerdos se alzan en rebeldía contra el viento de la fortuna,
recordándonos que una vez fuimos débiles raíces que se alzaron en algún muro
buscando nuevas vistas y horizontes. La belleza no se busca, sólo se encuentra,
al igual que la nostalgia o la tristeza, encaramada a los vagos recuerdos y
ensoñaciones que dejamos pasar de largo como se deja un tren en el andén de una
vieja estación. Por ello, el breve instante que hace palpitar la memoria o que
renace como brote verde desde la tierra dura y casi yerma, embriaga al más duro
pecho o al más recio rostro.
A veces
olvidamos como reconocer la belleza de un instante. Andamos por la vida como
por un horizonte sin rumbo, como si el sol nunca se ocultara, creyendo que
aquel desconocido del espejo iba a dejar algo más que un recuerdo.
O la brevedad
de la belleza se admira, o estaremos malgastando pasos y expiraciones. Es
cierto que con la madurez del árbol se aprecian más los frutos de la primavera,
pero yo prefiero mirar por la ventana del tren y disfrutar plenamente de cada
fragancia, pensamiento o aliento
compartido, revivir las estaciones de la vida una y otra vez, y confundir el
verano con el invierno, pues si giramos como una noria creyendo que después de
bajar vamos a subir, nos llevaríamos más de una decepción. Quiero pensar que
los dioses nos tienen envidia porque aquel momento breve es mucho más bello,
porque sea así de perecedero, como lo será este jazmín, aunque más que “real”,
para mí es republicano.
para V
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