“La libertad, señores (habla Mairena a sus alumnos), es un problema metafísico. Hay, además, el liberalismo, una invención de los ingleses, gran pueblo de marinos, boxeadores e ironistas”.

Juan de Mairena, Antonio Machado

viernes, 26 de agosto de 2011

Un expresso por favor

Bajando del tren en aquella estación lejana entré en la ciudad dónde los colores pasan raudos buscando un recuerdo de lo que fueron. Caminé por aquellas calles de aire colonial, manchadas de manos que clamaban justicia por pasados y presentes fracasados. Ciudad viva en todas sus esquinas, dónde hasta el medio muerto tenía algo que decir. Voces de protesta sumergidas, ahogadas por la indiferencia y  que no sabiendo nadar por aquel mar de globalidades gritaban por sus derechos malogrados. En aquella ciudad, en una esquina encontré el Café de París, burbuja cultural que viajaba a la memoria del viejo mundo, dónde un mate de coca cuesta el doble que en otro lugar, dónde la música suena a Joaquin y a Serrat, y un expresso cuesta igual que en los demás bares, una balanza justamente desequilibrada para que los que no degustan el café colonial se queden en las plazas orando y buscando resquicios de debilidad entre las corazas de la burocracia dominante. A un paso entre la nostalgia y la esperanza pedí al camarero: un expresso por favor- y después un mate de coca para quitar el mal sabor-.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Imperfecciones

Con una representación de baile y una chica en la memoria y acostado en el asiento del tren contemplaba signos de belleza en rincones maduros de experiencia, pero había también bailarinas y cortadillos exponenciales que mostraban sus artes aprendidas, verdes en todo caso, exacerbando sus dotes, se mostraban alegres, impetuosos, y un técnico en arte diría que estuviera sobrevalorado, yo diría que aquella muchacha exageraba sus dotes de impaciencia con una gracia natural que hacía de lo imaginado un lenguaje. No quisiera yo llegar al culmen supremo de lo perfecto, existiendo matices que muestran el arte de lo imperfecto. Cuando por no quererlo y más sentirlo una pincelada de más redunda en impresionismo, cuando un acorde de menos resulta romanticismo, cuando la inmortalidad se vuelve belleza en un instante, sólo por ser efímero entonces resultó algo real. ¿ Fue el amor algo real? que más da, fue algo efímero, lo que importa es que fuera veraz y valiente, mirando a los ojos a la muerte, sabiendo que lo que vivió sirvió para algo.